En educación física, la flexibilidad se define como el rango o facilidad y habilidad con la que las articulaciones y los músculos pueden moverse libremente. No todas las personas tienen la misma capacidad de movimiento.
Esto se debe a factores como la longitud de los músculos, la piel, el nivel de actividad que tenga la persona, la temperatura corporal, la edad, algunas lesiones, entre otros. Sin embargo, la flexibilidad se puede aumentar mediante diferentes ejercicios que mantienen activo el movimiento de los músculos y las articulaciones.
Aumentar la flexibilidad es importante ya que permite realizar actividades rutinarias y realizar deportes con facilidad. Los juegos de flexibilidad en educación física son una manera divertida de hacer estiramiento.
Algunos juegos de flexibilidad
Pasa el balón
Se debe dividir al grupo en dos filas. El primero de cada fila tomará un balón y lo pasará al compañero de atrás. Para hacer esto, los participantes pueden estirar los brazos y pasar la pelota por encima de sus cabezas, por debajo de sus piernas o girar el tronco para voltear y entregar el balón de frente.
Las reglas las escogerá el grupo. La idea es que el grupo que logre hacer llegar la pelota hasta el final, será el equipo ganador.
El Alfabeto
¿Quién ha dicho que las actividades físicas están desvinculadas de los aprendizajes formales? Esta es una buena manera de reforzar el conocimiento de las letras, cuando ya se tienen algunas nociones. El juego consiste en dividir el salón en grupos de cuatro participantes y asignarle a cada grupo una letra del alfabeto. Los niños deberán formarla con sus cuerpos, estirando y flexionando la musculatura. Es un ejercicio secuencial, no simultáneo, pues los demás grupos deberán adivinar qué letra forman sus compañeros.
El Limbo
Este es un juego clásico que puede acompañarse con música, para marcar el ritmo de los movimientos. Es adecuado para trabajar con grupos grandes. El único material que se requiere es una vara larga, como un palo de escoba, por ejemplo.
Dos niños sujetarán el palo por sus extremos y lo situarán a la altura de su pecho. Los demás formarán una fila e intentarán pasar uno a uno bajo el palo, sin tocarlo. Para ello tendrán que inclinarse hacia atrás, flexionando la espalda. Si el niño toca la vara o el suelo, o se cae, queda descalificado. Se suceden varias rondas hasta que solo queda el ganador. Con este ejercicio se trabajan los músculos de la espalda y la cadera.
La dificultad del juego puede aumentar disminuyendo la altura del palo.
Quitar el sombrero
Los participantes deben agruparse en parejas. Se sentarán uno frente a otro con las piernas estiradas y abiertas. Cada uno debe tener un sombrero puesto e intentar quitárselo al de enfrente sin perder su propio sombrero.
Con este ejercicio se ejercitan los músculos de las piernas, los abdominales y la musculatura del tronco. Se puede aumentar la dificultad posicionando una mano detrás de la espalda.
Tela de araña
Dividiremos a los niños en grupos de 5 o 6 participantes. Cada uno de los pequeños tendrá una cuerda que debe sujetar por sus extremos. La idea es que los niños estiren las cuerdas y procuren tejer una tela de araña. Uno de los participantes no tendrá cuerda, pues su objetivo será atravesar la tela de araña, sin tocar las cuerdas. Dado que será necesario agacharse, saltar y flexionar su cuerpo y extremidades, este juego trabaja diversos grupos musculares, en función de la posición adoptada.
Carrera con cuerdas
Con este juego no solo se trabaja la flexibilidad, sino que también se desarrolla la velocidad de carrera, la amplitud de zancada, el salto y la potencia del tren inferior. Es una actividad grupal, aunque el número adecuado de participantes no debería superar la decena para garantizar una buena supervisión. Cada uno de los participantes debe tener una cuerda. El juego consiste en desplazarse saltando la cuerda, cada una o dos zancadas. La dificultad del ejercicio se irá incrementando en cada ronda, disminuyendo la longitud de la cuerda o aumentando la velocidad. Es aconsejable realizarlo sobre césped o superficies lisas, para evitar lesiones si algún niño tropieza y se cae.
Carreras de cangrejos
Los más pequeños se divierten mucho con este juego mientras trabajan los extensores del hombro. Pueden participar entre 4 y 30 niños, quienes deben colocarse en fila y adoptar la posición de cangrejo. Esto es, tendidos boca arriba, deben apoyarse en manos y pies, manteniendo la cadera lo más elevada posible. A continuación, deberán desplazarse sin variar la postura, yendo en la dirección que apunta su cabeza. Es una carrera que puede incluir o no los relevos, para evitar la fatiga cuando la distancia sea muy larga.
Relevos con pelota
A diferencia de los relevos de atletismo, este juego no precisa una carrera previa para entregar el testigo. En su lugar, los niños se colocarán en fila india, con una separación de un metro entre uno y otro. El primero de la fila tendrá una pelota, que debe pasar por debajo de sus piernas y hacerla llegar al compañero que está detrás. Hecho esto correrá hasta ubicarse de último en la fila. Para que resulte más entretenido puede dividirse la clase en dos o más grupos, que compitan entre sí. Este movimiento trabaja los músculos isquiotibiales.
Para estirar otros grupos musculares pueden introducirse variaciones. Por ejemplo, pedir a los niños que pasen el balón por encima de sus cabezas, trabajando así los flexores del hombro. También puede entregarse la pelota lateralmente, rotando el tronco.
Por otra parte, si se desea aumentar la dificultad, podemos colocar a los niños por parejas, enfrentados de espalda, a una distancia prudencial. El que tiene la pelota deberá arquear su espalda y apoyarse en la de su compañero, para pasar el balón a la pareja que les sigue.
No se realizará ninguna carrera, sino que los niños mantendrán su posición, esperando que la pelota haga el recorrido inverso. Con esta variante estaremos trabajando las musculaturas flexoras del tronco y del hombro.
¿Qué beneficios se obtienen con estos juegos?
Con ejercicios y juegos como estos, se puede aumentar el rango de flexibilidad de los músculos y de las articulaciones del cuerpo humano. Cuando se logra un buen rango de flexibilidad, las probabilidades de sufrir una lesión disminuyen.
Asimismo, los dolores musculares no son tan comunes después de realizar una actividad física. El cansancio luego de ejercitarse también disminuye, pues no se debe aplicar tanta energía para hacer los movimientos. Por esto se dice que el estiramiento y la flexibilidad mejoran la condición física de una persona.
Como ves, hay muchas alternativas para introducir el ejercicio físico en los juegos y potenciar el desarrollo de la flexibilidad en los niños.